Las identidades colectivas urbanas

A manera de propuesta teórico-metodológica, se presenta un tratado de los elementos conceptuales para el estudio de las identidades colectivas en espacios urbanos, donde sobresale una articulación entre categorías y herramientas de análisis, y se toman en cuenta algunos apartados observables y líneas que indican el tipo de referencias con las cuales se pretende obtener resultados. En las identidades colectivas ocurren procesos de valorizaciones continuas por individuos internos y externos al grupo, estos a su vez representan una posición determinada en un contexto con elementos propios que también caracterizan al fenómeno urbano. Las identidades colectivas urbanas no deben ser consideradas como membresía de grupos, sino como entidades con mecanismos y procesos particulares donde ocurren constantes relaciones entre sus integrantes y otros aglomerados en un ambiente globalizado (Giménez, 1997). Las identidades colectivas en la ciudad se construyen partiendo de vínculos entre sujetos que comparten elementos simbólicos de su entorno (histórico y moderno), al mismo tiempo que sucede una percepción de la realidad que se ajusta continuamente según influencias exteriores a cada colectivo urbano (García, 2014).

Una nota importante para diferenciar las identidades particulares de las colectivas es la estructura que cataliza la autoconciencia y la comprensión psicosocial de manera individual. Al hablar de estructuras se reconoce no solo el andamiaje interior de las identidades, sino también los escenarios donde estas convergen y donde se da pauta a la decisión de pertenencia. Las identidades colectivas parecen complejas debido a su variedad de contenidos y constitución como colectivos; no obstante, las identidades individuales evitan los consensos y las construcciones intersubjetivas de su existencia. En el sentido contrario, comparten otros puntos, como la característica de diferenciarse del entorno y la capacidad de situarse en determinado campo de acción con sentido de diferencia y delimitación temporal (Giménez, 2008:12). En las ciudades, estos aspectos se presentan como argumentos preponderantes para la articulación de la identidad, al existir una intensidad de cambios y definiciones espacio-temporales, símbolos y asociaciones en la vida social moderna.

De manera singular, la identidad es una forma de interacción, vinculada a los procesos y relaciones sociales en una estructura social definida (Giménez, 1997:4). Para los colectivos es importante la identificación basada en las interacciones sociales del lugar inmediato, además de las percepciones individuales y colectivas que reconocen y aprueban su propia definición con respecto a otros, con distinción de diferencias y coincidencias; es decir, un proceso de disertación y determinación dentro del espacio urbano.

Para que exista una identidad colectiva urbana es importante la integración de elementos simbólicos en común entre los agremiados en un espacio dinámico.1 En consecuencia, cuanto mayor sea el alcance de la construcción de significados al momento de asentarse una relación, más existe la posibilidad de la omisión de tensiones, debido al peso que los individuos ponen en la negociación comprendida por valores e intereses reconstituidos (Castells, 2012:35). Por ello, hablar de cultura conlleva la integración de construcciones sociales simbólicas y periódicas donde persisten prácticas y objetos con los cuales el colectivo se reafirma (Giménez, 2008). Al mismo tiempo, las memorias colectivas cumplen una función importante en la reconfiguración de las identidades, pues solo así se reafirma su propia historia y permanencia, a diferencia de las individuales, que tienen la función de la autoidentificación y reconocimiento particular, sin rescindir de la confirmación del reconocimiento por parte de otras identidades (Giménez, 2008:13). Por un lado, la cultura es el espacio donde suceden reproducciones sociales, pero también de la organización de diferencias, es entonces que la identidad colectiva urbana recobra fuerza a partir de la organización de grupos en constante movimiento e influencia de otros escenarios (García, 2004).

Partiendo de la estructura teórico-metodológica

Antes de construir aproximaciones metodológicas es pertinente analizar la estructura medular del fenómeno; en este caso, el componente conceptual a destacar es la memoria colectiva, bajo el supuesto de la variabilidad de los hechos retomados de la identidad colectiva urbana. Se parte de los pasajes históricos y valorizaciones respecto de la ciudad por parte de los entrevistados. De acuerdo con la antropología, se establecen dos tipos de memorias: la fuerte y la débil; la memoria fuerte, o memoria “masiva”, también como coherente, compacta y profunda, es donde se generan las identidades de mayor fuerza (Giménez, 2008). Para algunos casos es indispensable recurrir a la memoria de los organismos religiosos, sobre todo por la historicidad de las representaciones simbólicas y la fuerte influencia en la construcción de la identidad colectiva.

Por otra parte, las memorias débiles fungen como hechos de carácter sencillo; es decir, de poca relevancia o significado secundario, acontecimientos superficiales difíciles de compartir en el grupo y hacia otros. En las ciudades, las memorias colectivas son conocidas y se componen de diferentes delimitaciones geopolíticas, que sumando intereses y memorias interrelacionadas en un territorio también compartido. De la misma forma, y debido al acelerado ritmo de vida, las memorias individuales se ubican con facilidad en las grandes urbanizaciones.

A continuación se presentan las variables para el abordaje de las identidades colectivas; se establecen indicadores, medios observables, fuentes de información y herramientas metodológicas, con el objetivo de conducir la investigación sin desviar el objeto de estudio.

Base metodológica

Categorías Indicadores Observables Fuentes Herramientas
Memoria colectiva urbana Recuerdos comunes Costumbres y tradiciones Crónicas Entrevista
Sentido de pertenenciaurbana Apego al territorio Estilos de vida Relatos Entrevista
Símbolos urbanos compartidos Símbolos compartidos Participación y Organización Observación Entrevista

Priorizando el manejo de los contenidos teóricos se permite establecer un sistema conceptual de categorías que ayudan a determinar la estructura general para el abordaje de la identidad colectiva; no obstante, es pertinente recordar que los elementos propuestos son comprendidos dentro del espacio urbano, que es reconfigurado constantemente a través del tiempo, bajo el supuesto de la prevalencia de símbolos y conductas compartidas, que pueden presentar influencias y modificaciones por parte de otros contextos. En ese sentido, los ejes rectores de la identidad pueden entenderse como vínculos en continuo movimiento. A continuación se presentan los procesos metodológicos para cada exploración dimensional:

1. Memoria colectiva urbana

Se caracteriza por un compendio de recuerdos comunes dentro de los grupos sociales que envuelven la ciudad. En esta tarea es imprescindible recurrir a los comentarios compartidos a partir de las representaciones simbólicas más destacadas, como las celebraciones contenidas en el espacio público donde se agremian los colectivos. Sin duda, la mayor labor consiste en la identificación de los actores clave para obtener la bitácora de acontecimientos de acuerdo con los pasajes históricos. Para lograr una adecuada selección es necesario no perder de vista el espacio físico temporal de donde se pueden identificar líneas de tiempo según los sucesos a estudiar. Dicho de otra manera, el universo de estudio se basa en fijar el punto de encuentro social donde los habitantes de la ciudad confluyen culturalmente. Así, se propone un proceso cuidadoso para la aplicación de la entrevista, tomando en cuenta los diversos sectores de la población participante.

2. Sentido de pertenencia urbana

La observación es fundamental para el estudio de los estilos de vida, pero antes es necesario formular contenidos teórico-conceptuales que ayuden a tener un acercamiento a las situaciones de arraigo en la ciudad. Las fichas técnicas de apoyo son parte de las herramientas básicas de campo, cuya finalidad es sostener un conducto dentro de la investigación. Es importante tomar en cuenta los recuerdos compartidos entre los informantes, pues de esta manera se compromete la existencia de la memoria en colectivo; es decir, el grado de evidencias que muestren los recuerdos en común determina el estado de pertenencia. Para este complejo procedimiento, se recomienda presentar cuestionarios elaborados a partir de la cultura y el ámbito propio de cada colectivo abordado; de esta manera se obtendrán resultados mucho más cercanos a la realidad. Es conveniente la articulación del esquema de preguntas desde la problemática, el marco teórico y el aparato metodológico.

3. Símbolos urbanos compartidos

Es importante tomar en cuenta que los informantes clave son actores inmersos en el desarrollo de la identidad de la ciudad. Es necesario realizar un acercamiento a los diferentes sectores sociales, entonces se podrá proponer alguna aproximación conceptual, clasificando líneas puntuales de acción por parte de los entrevistados. En síntesis, y de acuerdo con las características obtenidas, se preparan las herramientas para la extracción de resultados. Una vez analizado el marco teórico, se realiza una inmersión en el campo para comprobar el grado de cohesión social en torno a los festejos conmemorativos y el abordaje de los materiales culturales que son propuestos por los grupos sociales a través de las relaciones internas y externas en la ciudad. También se debe decir que el anonimato de los informantes es un compromiso previo a la realización de las entrevistas, por lo que se debe tomar en cuenta una posible denominación con el propósito de cumplir esa decisión. No está de más subrayar que para la elección de casos de estudio resulta interesante proponer espacios en constante reconfiguración urbana, dada la pertinencia respecto del fenómeno de la metropolización, sobre todo en América Latina (BID, 2014)

En suma, los símbolos y las estructuras culturales en torno a la identidad colectiva pueden ser desvelados a través de un cuestionario con el cual se intenta describir las actividades. Sin embargo, la entrevista no es el único medio para obtener información; existen otros métodos, como los relatos, las crónicas y la observación. En síntesis, la introducción en el campo es clave para la identificación de los contenidos analíticos; el campo es el vínculo entre el entrevistador y el informante, donde finalmente el experto es el último. Por ello es indispensable recurrir al apoyo de recursos como guías y entrevistas previamente elaboradas, con dimensiones y conceptos claros.

A manera de cierre

Las estructuras conceptuales fungen como recursos para la formación de herramientas; en otras palabras, mediante la entrevista no solo se extraen aportaciones pertinentes para la investigación, sino también se realizan ejercicios para construir los hechos de la historia. A su vez, la memoria colectiva desempeña una función determinante, al concentrar un cúmulo de significados entrañables, los cuales deben ser integrados cuidadosamente en el proceso de estudio, sin mostrar tendencias o manipulaciones. Al respecto, es importante tomar en cuenta diferentes episodios en el espacio abordado; es decir, desde los hechos trascendentales hasta los eventos menos sobresalientes para los grupos que habitan la ciudad. El objetivo principal no son los sucesos más importantes, sino la claridad de una línea de tiempo que permita identificar acontecimientos que construyen la historia urbana.

En relación, los fundamentos teóricos sirven de apoyo para la reconfiguración contextual del objeto de estudio, siempre y cuando se postulen a partir de un análisis pertinente, tomando en cuenta delimitaciones espaciales y temporales. En ese sentido, las propuestas teórico-conceptuales deben tener un marco analítico previo donde se incluyan aspectos dimensionales para una investigación integral. Las líneas de tiempo pueden asegurar mejores resultados; pueden ser identificadas a través de periodos con características o procesos sobresalientes en los casos de estudio abordados. Con respecto a la identidad colectiva en los espacios urbanos, se pueden identificar temporalidades simbólicas y representativas, dinámicas económicas, moldeadoras de la sociedad, o incluso episodios dramáticos. Sin lugar a dudas, estos elementos no solo articulan la memoria colectiva sino también reconfiguran la identidad, pues se permite una continua readaptación basada en un análisis hacia lo interno y lo externo del colectivo, apoyado en la gama de elementos distinguidos temporal y espacialmente.

Partiendo de una perspectiva de grupos, es importante decir que las aproximaciones conceptuales de referencia para el tratamiento de la identidad se proponen como elementos de interpretación diferenciada. El nosotros con respecto al ellos, no es más que el resultado de las posiciones socioculturales que definen el movimiento de la identidad colectiva en los espacios reconfigurados, donde existen claras diferencias y similitudes dentro de un trayecto económico, cultural en el que la memoria y la cultura son determinantes.

Las características particulares de cada asociación no solo se pueden definir como el nosotros frente al ellos, pues son aún más complejas, son valorizaciones propias de los colectivos, y son construcciones culturales del espacio. Es tarea del investigador identificar y estudiar dinámicas de los grupos que comprenden los contextos urbanos en la actualidad. Estos ambientes son mayormente impulsados por un cambio sustancial relacionado con procesos económicos o de influencia por parte de otros grupos. La modernidad es uno de los ambientes que aceleran el movimiento de las identidades colectivas; sin embargo, es importante abordar las especificidades de las características de este objeto de estudio tomando como referencia otros fenómenos contextuales relacionados con flujos sociales y económicos cada vez más intensos en el escenario internacional.

Metodológicamente, vincular el “ellos” y el “nosotros” como construcción teórica puede resultar complejo, pero ello no quiere decir que no se logre un acercamiento, sobre todo si se apela a la idea de las identidades colectivas como compendio de valorizaciones humanas, donde las interpretaciones desde diversos enfoques y perspectivas son pertinentes, adecuadas. Por tanto, la exploración previa a las entrevistas es clave para conocer el entorno y lograr una comprensión más compleja y así plantear hipótesis sin incidir en los resultados.

Se propone la entrevista como un instrumento apropiado para obtener el tipo de datos etnográficos que caracterizan la investigación, debido a la complejidad de los aspectos cualitativos que integran las identidades colectivas, sobre todo en los espacios urbanos reconfigurados. De alguna manera, las entrevistas pueden ser una especie de diálogos que permiten recabar información con la ayuda de guiones, formulados previamente con el objetivo de evitar divagaciones y confusiones referentes a otras temáticas distantes al objeto de estudio (Rodríguez, Gil y García, 1999).

Se destaca la dirección del proceso de las preguntas sin la intervención en las respuestas y tampoco en la manipulación de los contenidos, estableciendo un vínculo muy importante hacia el informante de forma amplia y profunda e incluyendo aspectos de su entorno; también captando elementos objetivos y subjetivos que deben ser abordados con el propósito de lograr una cercanía, no solo hacia los informantes, sino también hacia el mismo entorno donde se sitúa el fenómeno tratado. Dicho de otra manera, se recurre al análisis empírico y teórico en profundidad para mejorar los resultados.