Revista Viviendas y Comunidades Sustentables

Año 7 núm. 14, julio-diciembre 2023 | Reseñas


El ser humano desde la antigüedad ha buscado dar respuestas a inquietudes y necesidades de su existencia; específicamente a su relación con el mundo natural en la medida de conocerlo y adaptarlo a requerimientos para hacer su vida más confortable y segura. En esta relación bidireccional se ha buscado conocer y comprender la naturaleza y sus fenómenos asociados por medio de la ciencia, así como controlarla y modificarla a través de la técnica y la tecnología. El proceso de generación de conocimiento, sistematización del entorno, contrastación del universo teórico y transformación de la realidad a partir de la generación de nuevos patrones hace referencia al proceso de diseño como mediador del habitante con su medio.

La obra de Cultura, Arquitectura y Diseño esclarece la relación física y simbólica de los seres humanos con su medio a través de ocho capítulos que introducen al lector en la capacidad transformadora del diseño sobre el entorno con la intención de alentar o inhibir la conducta de los habitantes; puntualizando la racionalidad crítica del diseño como proceso transformador a partir de la perspectiva intersubjetiva. Rapoport ofrece una aproximación al diseño como disciplina enfatizando su naturaleza epistemológica y poiética; desde el campo de los conocimientos científicos, técnicos y herramentales hasta la capacidad inventiva y transformadora del ser humano.

Para Rapoport, el diseño es el espacio capaz de sensibilizar al usuario que lo habita, lleno de vivencias surgidas por sus actividades, el espacio que le induce a la espiritualidad y reflexión; a la introspección, serenidad y a la exaltación de los valores humanos; es el reflejo del ser, manifestado en un espacio. En él se encuentra el contexto ambiental, social, cultural y político de cada civilización, llevando con esto un sentido de identidad en cada uno de sus atributos. En esta perspectiva, el papel del diseñador es fundamental ya que debe poner todo su empeño y conocimiento para ofrecer espacios y productos que, además de poseer valor estético, sean funcionales y adecuados a los requerimientos de organización social y productiva, que revaloricen los factores culturales, tradiciones e idiosincrasia regional y nacional; espacios saludables que propicien una mayor eficiencia y productividad.

La obra puntualiza la importancia del vínculo existente entre el contexto y la forma construida, así como la congruencia entre los dos para lograr el objetivo principal del diseño: “crear entornos que cuenten con la capacidad de prestar apoyo”. La finalidad del diseño como proceso y como producto debe ser trabajar a medida, consecuente es que éste debe de fabricarse específicamente para los grupos determinados a los que va dirigido. Con una perspectiva de proceso, se hace referencia directa a un cambio en el contexto, donde su resultado positivo o negativo depende del estilo de vida, las normas de convenciones sociales, el grado de aculturación, el desarrollo de nuevos mecanismos sociales, valores, y la cultura. Al modificarse estos parámetros varía la evaluación del entorno y de sus cambios; y entonces, su grado de aceptación y de deseabilidad.

Para Rapoport los aspectos sociales, culturales y físicos de un diseño deben considerarse en su conjunto, no se puede asumir que cualquier cambio producido en el entorno será para mejora de este. La calidad del entorno siempre es una calidad percibida y contextual en términos de integración del hombre con su medio. En este sentido se enfatiza que el contexto es el núcleo creativo de toda civilización y la cultura en torno a la cual se interpreta la vida; se puede percibir análogamente como una serie de episodios escenográficos con base en los cuales transcurre la vida diaria, integrados a su vez por elementos que pueden ser fijos, semifijos y móviles.

En este sentido, los elementos fijos son la infraestructura, los edificios, los pavimentos, los techos, las columnas, entre otros; los elementos semifijos son el relleno o mobiliario del entorno y los elementos móviles son normalmente personas, sus actividades y comportamientos. Para Rapoport el entorno puede ser conceptualizado a partir de cuatro tipos: i) organización del espacio, del tiempo, del significado y de la comunicación; ii) sistema de lugares; iii) un paisaje cultural y iv) entidad compuesta por elementos fijos, semifijos y móviles. De manera paralela el contexto está conformado por una variabilidad misma que está relacionada con las actividades de sus habitantes; a estas las tipifica a partir de cuatro componentes: i) la actividad en sí; ii) cómo se realiza; iii) como se asocia con otras actividades para formar sistemas de actividades; y iv) el significado de dicha actividad.

La obra realiza una declaratoria en torno a entender los espacios como sistemas complejos (contrario a visualizarlos como entidades independientes) rodeados de factores físicos, materiales, económicos, políticos, sociales, culturales, históricos y antrópicos que ejercen una influencia sobre él a la vez que entablan una relación recíproca; a esta serie de factores se le denomina contexto y con base en él es que se desarrolla la vida. El contexto debe de entenderse como un sistema de lugares y ambientes, conformados por diversos elementos que rodean al hombre y con base en los cuales él realiza sus actividades; el contexto no determina ciertamente la conducta de sus ocupantes, pero sí la inhibe o la alienta. Se observa que autores como Norberg Schulz y Kenneth Frampton coinciden con Rapoport en la relación bidireccional que existe entre el diseño y el contexto; sin embargo, el autor profundiza al dividir el concepto de contexto en dos vertientes: como un sistema conformado por los lugares y ambientes que rodean al hombre; y como sistemas de actividades del ser humano.

Rapoport culmina la obra postulando que el proceso de diseño y sus productos deben basarse en el conocimiento de las formas de interacción de las personas y los entornos; de este modo se convierte en una aplicación del conocimiento basado en la investigación científica. En coincidencia con Norberg Schulz se afirma que el diseño es un producto humano cuya misión debería ser ordenar y mejorar las relaciones del hombre con su contexto; por tanto, Rapoport cierra la obra cuestionando la forma de tener en cuenta esta relación relativa y variable entre el hombre y el entorno, haciendo hincapié en la pregunta ¿Qué influencia ejerce el ambiente sobre el hombre? En esta perspectiva, menciona el hecho de que es evidente que el ambiente afecta y determina el estado de ánimo de las personas; y en esta singularidad, como postula el Ser - Estar de Heidegger, el ser humano en el proceso de construcción de su medio se reconstruye a sí mismo vislumbrando que el diseño mismo es parte del contexto.